viernes, 15 de junio de 2012

La labor de mi madre

Mi madre es una profesora de vocación y trabajo excepcional, lo digo orgullosa y abiertamente. No es una mujer que vista traje sastre a diario, con tacones demasiado altos, no es aquella mujer que acepte uniformes institucionales , porque es un tanto liberal. No le importa tanto la uniformidad y la perfección en fotos con sus compañeros maestros y aunque guarda respeto por las disposiciones, utilizando el color que le indican, a menudo le envían hasta atrás por ejercer su derecho de portar cierta ropa diferente, pero a ella le importa poco no aparecer en primeros planos. 
Mi madre es toda una belleza, con todo y los pliegues que en su rostro le he causado y con el cansancio que debe a su trabajo, no es demasiado formal pero adoro su estilo peculiar. Una mujer tan llena de vida.  Ella prefiere quedarse horas extras en su escuela con los niños que requieren apoyo adicional, a perder el tiempo tomando cafecitos y vaya, hasta en receso atiende a quienes lo requieren. Se involucra en pruebas de evaluación nacionales pero no presta tanta importancia, pues me ha comentado que dichas evaluaciones no son del todo correctas y no están muy bien planteadas, aún con ello ha logrado altos puntajes. 
No es una maestra que prepare a sus alumnos para `pruebas ENLACE´ un par de días antes, memorizando, exigiendo y robotizando a las mentes infantiles. Ella trabaja, enseña, diseña ideas y planea todos los días de su vida, y en tiempos de descanso incluso, cualquier herramienta podría serle útil para imaginar sobre cómo aprenderán esos pequeños pensantes. 
Es respetada por su admirable manera de enseñar y no por gritar o atemorizar a los niños. 
A ella, le disgustan meses como Mayo, donde cada día festivo se convierte en la perfecta excusa para muchos, de no trabajar. Goza de festejos eventuales pero enoja cuando la mayoría de los maestros de su prestigiosa escuela, prefieren salir a ensayar largas horas y pasar días preparando celebraciones, que quedarse en el aula, el lugar que les corresponde.  
Cuando participa, aporta números con moralejas, motiva y enseña a los pequeños a desenvolverse, les inspira, jamás les impone. 
Ella está contenta, pues antes a la sociedad se le engañaba con escoltas perfectas, de estaturas elevadas, con zapatos lustrados y uniformes impecables, pero hoy, hoy los padres saben que es mas importante la semilla del aprendizaje que se gesta en sus hijos, que hacer un bailable con trajes y accesorios costosos. 


Le he visto batallar, sonreír, perseverar, le he visto espetar por compañeros que, más allá del amor y pasión por un trabajo, no son capaces de cumplir ni con lo más minimo que les corresponde. También le he visto calmarse y contagiar con el ejemplo de su sensatez. 
Como ella hay muy pocas, logra grandes cosas con pequeñas acciones, pero asi mismo me consta que es muy difícil educar a un niño hiperactivo, agresivo, en fin, cuando el niño tiene un papá que las pocas veces que está en casa, maltrata y golpea a la madre, o cuando el niño no tiene mayor expectativa en casa que ver la T.V. o las discusiones adultas, totalmente expuesto a aprender lo peor de los medios, sin alguien que le inculque la maravillosa actividad de leer cada noche o de desayunar todos los días.  Cuando son tantos factores negativos, resulta demasiado difícil, pero para ella no hay imposibles, arriesga su propio bienestar, lo cual me enaltece, pero me preocupa. Mi madre y lo digo con mucho orgullo, ha logrado tantas metas, la mayoría de sus alumnitos reutilizan bolsas, desayunan cosas sanas, ahorran agua, aprenden a perdonarse cuando se insultan entre ellos,  aunque a algunos sus madres aun les mandan un gansito y un frutsi de lonche, y otros rentan libros llevándolos a casa sin que éstos vuelvan al pequeño acervo del aula. 
Pero sigue esmerándose por mejorar esos detalles. Y mi madre aún prefiere batallar con rendir cuentas e inventario de libros que aparentar perfección como otros maestros cuyos alumnos jamás tocaron un libro para disfrutarlo ni en aula ni en casa. Es una labor maravillosa e importante la de ella pero definitivamente la educación, empieza en casa y es responsabilidad de todos.

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